Poner en marcha un proyecto empresarial requiere una combinación de valor, determinación, capacidad de anticipación (y adaptación), además de ser prácticamente inmune al desánimo.
Al final solo un pequeño porcentaje de la población laboral inicia un nuevo proyecto, ¿entonces?, ¿es que acaso los emprendedores son seres especiales?.
¿Acaso se ha de estar hecho de una pasta especial para emprender?.
En realidad muchos de los que alguna vez pusieron en marcha un negocio lo hicieron por casualidad o necesidad. De hecho podríamos hablar de cuatro tipos de emprendedores;
El vocacional; Aquí probablemente estaríamos hablando del modelo que a todo el mundo le viene a la mente cuando oye la palabra emprendedor. Se trata de un personaje que no está hecho parta trabajar por cuenta ajena. Siempre a la caza y puesta en marcha de nuevas ideas. Entusiasta, caerá una y otra vez pero volverá a levantarse. Curiosamente este tipo de emprendedor no es el mas más habitual, pese a que se piense lo contrario.
El coyuntural; Aquel que sin pretenderlo es abocado por las circunstancias a emprender. Este tipo de emprendedor procede generalmente del trabajo por cuenta ajena que, circunstancialmente, se encuentra en una situación laboral precaria. Son las circunstancias las que le deciden a emprender. Se trata de un tipo de emprendedor bastante frecuente.
El pluriempleado; Dispone de un cómodo empleo en la administración o la gran empresa pero quiere explotar fuentes alternativas o adicionales de ingresos, estas suelen tratarse de despachos o consultas privadas, aunque cada vez, y con más frecuencia, otro tipo de negocios como establecimientos de hostelería, ocio, etc. Suele aprovechar las circunstancias favorables para iniciar su proyecto (ya que no tiene prisa y puede esperar).
El Inversor; Se trata un alto cargo de una empresa (o dirige una). Iniciador nato, es asociativo y normalmente llega a implicarse en un proyecto tras estudiar gran cantidad de nuevas ideas. Su aportación será generalmente económica y organizativa. Este tipo de emprendedor no se contentará con compartir el poder de decisión e intentará hacerse con una participación mayoritaria de la empresa para tener el control. Este tipo de emprendedor suele emerger con más fuerza en momentos económicos inestables ya que su instinto empresarial le facilita aprovechar las circunstancias.
Visto así, prácticamente todo el mundo puede llegar a iniciar un negocio en algún momento. Aún así que nadie se llame a engaño. Poner en marcha un nuevo proyecto empresarial, aunque las circunstancias nos pongan en camino de hacerlo, supone esfuerzo y riesgos que muchos no están dispuestos a asumir.
1 comentarios
Me ha gustado mucho el artículo. Es muy interesante.