Las cifras lo demuestran; el comercio electrónico está despegando en este país. Al parecer el ciudadano medio comienza a aceptar el consumo a través de internet.
Las redes sociales, qué duda cabe, han contribuido de manera notable a este cambio de mentalidad. Por un lado la «socialización» de la oferta, y por otro la influencia que determinados usuarios de estas plataformas ejercen sobre una gran parte de sus followers han hecho que muchos tabús queden desterrados para siempre.
Ahora bien, comienza a vislumbrarse un cambio en los hábitos de consumo de los usuarios. Por un lado se ha estabilizado el número de solicitudes de búsqueda en los buscadores tradicionales para localizar determinado producto o servicio. Por otro lado cada vez es más notable la influencia que las redes sociales ejercen sobre los consumidores, ya que para un comprador parece resultar mucho más valiosa la opinión de un usuario conocido sobre el producto o servicio a adquirir que un frío resultado de búsqueda.
De esta forma podemos concluir que las redes sociales abanderarán, en un futuro no demasiado lejano, no solo la intención de compra de los usuarios, sino también una variada y segmentada oferta bien dirigida a consumidores que realmente estén interesados en ella.
De momento, y de cara al año que se aproxima, podemos decir que, si bien queda mucho por avanzar, el Social Commerce se perfila como una de las plataformas que empezarán a ser familiares para los intrépidos consumidores que se «atrevan» a adquirir sus compras a través de internet.