Si algo es un denominador común entre emprendedores y autónomos es la imposibilidad de «desconectar», durante las vacaciones, del día a día de nuestros negocios.
clientes y proveedores se empeñan en mantener un ritmo de trabajo semejante al del resto del año. Hay que tener en cuenta que las posibilidades de conectividad que ofrecen las nuevas tecnologías posibilitan disponer de un puesto de trabajo (o de mando) en cualquier parte, siempre que exista un modo de conectarse a internet.
Sin embargo, y pese a esto, todo el mundo necesita un periodo de descanso al año para renovar fuerzas y prepararse para los nuevos retos tras el parón vacacional.
Dicho esto, lo difícil es, en realizad, conciliar nuestras necesidades de descanso con la imperiosa circunstancia de no decepcionar a nuestros clientes.
Y la palabra milagrosa es; «NO». un «NO» expresado de forma argumentada y convincente, por supuesto.
Ante requerimientos extraordinarios, exigencias que no se corresponden con la estacionalidad programada, o imposiciones fuera de lo ya pactado, es necesario saber reaccionar de forma contundente, la reputación del negocio va en ello. Es preferible un «NO» rotundo a un «SI» que luego no se pueda cumplir. Y desde luego un «Tal vez» raramente resulta una opción seria.
Por otro lado es necesario hacer valer nuestra vida privada. Educar a clientes y proveedores de que nuestro negocio tiene un horario y enseñar a respetarlo. Dar el 100% durante el horario (o periodo) de atención al cliente, pero saber desconectar el resto del tiempo. Nuestra salud y por tanto la buena marcha de nuestro negocio va en ello.