El mundo digital avanza a pasos agigantados. Con una rapidez que impide crear ciertas reglas del juego. Y esto sólo es el principio.
«No se acostumbren a la velocidad de cambio de Internet, no siempre es tan lento«, ironizaba Víctor Calvo-Sotelo, secretario de Estado de Telecomunicaciones, en la apertura del IV Foro Anual sobre la Gobernanza de Internet, celebrado en Zaragoza.
El Foro de la Gobernanza de Internet es una iniciativa abierta a la discusión para plantear los problemas creados en la red y ofrecer ciertas reglas -que no censura- a los retos de Internet.
En palabras de Jorge Pérez Martínez, coordinador en España del Foro de la Gobernanza, se basa en estos tres puntos:
1. Que Internet sea un canal basado en el respeto.
2. Proponer soluciones para que Internet siga ofreciendo innovación y empleo.
3. Establecer barreras a la red para mantener el equilibrio entre normas e innovación.
Eduardo Olier, director de Geoeconomía y Estrategia Internacional de la Universidad CEU San Pablo, cree que el objetivo para la gobernanza de Internet trata de «conjugar el caos con el cuerpo que lo organiza».
Y en la red esto no es nada fácil, pues la red está constituida por multi-stakeholders.
¿Qué son los multi-stakeholders?
Si nos centramos en el significado semántico del término, se tratan de diversos grupos de poder. Partes implicadas en un ámbito concreto en la que, mediante una colaboración o asociación, consiguen describir una estrategia ‘win-win’. Es decir, que todas las partes salgan beneficiadas.
Debido a la complejidad de Internet, en primer lugar hay que definir qué agentes están implicados. Según Oriel, estos agentes se encuentran en tres estratos distintos.
1. Estrato físico: infraestructuras de la red, UIT, etc.
2. Estrato virtual: redes de información, ciberseguridad o economía digital.
3. Usuarios: personas, instituciones u organizaciones.
Tal y como recuerda el catedrático, el problema estriba en el maremagnum de agentes involucrados, por lo que establecer una regulación que evite confusiones es extremadamente complicado. Más aún, conseguir que se pongan de acuerdo en una declaración única regulatoria. «En la declaración de los Derechos Humanos estaba claro que emanaba de los representantes de los diferentes Estados«, explica Oriel. En el caso de Internet, es evidente que no sucede así.
Encontrar un marco legal para satisfacer a todos estos agentes parece una tarea casi imposible. Sin embargo, desde el pasado mes de abril existe una propuesta en firme: la NetMundial.
¿Qué es la Netmundial?
Netmundial tuvo lugar el pasado 23 y 24 de abril en Brasil. Una reunión de muchos de los agentes involucrados en Internet, con participantes de 97 países y que contó con casi 200 contribuciones de estos grupos.
De ahí, surgió la Declaración Multi-stakeholder de Netmundial. El primer documento que presenta unas
bases sobre la gobernanza de Internet. Aunque de momento se trata de una declaración de intenciones, se llegó al consenso en varios puntos y se estableció una hoja de ruta para contar con el proyecto.
Tal y como indicó Lía Hernández, del Instituto Panameño de Nuevas Tecnologías y Derecho, «Brasil metió un gol con este evento antes de celebrarse el Mundial». El éxito de esta declaración reside en las bases presentadas. Más aún tras el fracaso del último Foro de la Gobernanza, celebrado en Dubai.
Estos principios se basan en los siguientes puntos:
– Derechos humanos
– Protección de los intermediarios
– Cultura y diversidad lingüística
– Espacio unificado y no fragmentado
– Seguridad, estabilidad y resistencia de Internet
– Arquitectura abierta y distribuida
– Entorno favorable a la innovación y creatividad
– Principios de proceso de Gobierno Internet
– Estándares abiertos
Puedes ver en el siguiente documento la declaración de Net Mundial.
Evidentemente, quedan todavía muchos aspectos para determinar a una normativa real de Internet. Uno de estos objetivos es el de cómo salvaguardar la neutralidad de la red.
A pesar de ello, se ha avanzado en una tarea que parecía imposible, como es la de gobernar Internet. Pero aún queda mucho camino, ya la Red sigue yendo a una velocidad mucho más rápida que la normativa que la rige y ordena.